mi propio mini-yo

mi mini-yo a los pies de la Alhambra

               El tiempo libre, u ocioso (como a los economistas les gusta decir) está lleno de misterios, y sobre todo de horas para inventar, maquinar y darle a la perola. A veces se queda solo en eso, en vueltas perolires, pero otras es más que fructuoso.

              Con ésto del fieltro, el hilo y las agujas estoy teniendo mi propia terapia personal, y así evito, no siempre con éxito, que las paredes de mi casa se me vengan encima. Me da la libertad imaginativa que necesito. 

              Gracias amiguitos, a todos los que teneis una de mis muñequitas, a las que las lucís en vuestros trabajos o quehaceres, a los que  habéis hablado alguna vez de ellas a alguien, a los que cotilleais el álbum en Facebook ante cada nueva incorporación, y gracias a tí, que a lo mejor a conciencia, o por casualidad, has topado con este blog, y cuanto menos, le has dedicado una sonrisa. Gracias.

yo, mismamente

ésta soy yo , cuando llevo lentillas